A Daniel Tzión, Gran Rabino de Bulgaria, se le apareció Yeshúa y él lo aceptó como el Mesías. Sin embargo, nunca se convirtió al "cristianismo". Siempre permaneció fiel a la Torá. En 1949 emigró a Israel con la mayor parte de la comunidad judía búlgara. El Tribunal Rabínico lo sometió a examen y le negó su posición rabínica. Un judío ruso le dio un edificio para que tuviera una Sinagoga y en ella estuvo oficiando hasta poco antes de su muerte, ocurrida en 1979. Casi nunca hablaba de Yeshúa abiertamente, pero con frecuencia recordaba las parábolas del Nuevo Testamento y cada Shabat, tras los oficios de la Sinagoga, se reunía en su casa con un grupo de sus feligreses para estudiar los evangelios.
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