Resulta que en un pueblo de los Rodopes nació la niña destinada a ser la mujer más bella del mundo. La noticia se extendió rápidamente por los Balcanes, desde las riberas del Danubio hasta el estrecho del Bósforo, e, inevitablemente, llegó a oídos del gran sultán de Estambul, que al oír como la gente ensalzaba la belleza de la criatura, perdió de golpe el sueño.
"Comer es la única forma de escapar a su sufrimiento. Al amanecer, el sultán devora doce platos de baklava, cada uno más empapado en miel que el anterior. Al mediodía se come tres corderos asados con una guarnición de hígado de trucha y corazones de pájaro carpintero, y cuando el sol se pone tras el palacio busca consuelo en la carne de veinte patos y dos terneros. Toda esa comida lo hace tan obeso, tan absolutamente enorme, que nada en cien pasos escapa a su sombra".Miroslav Penkov, El este de Occidente.