El hecho de que en Cataluña haya unos cuantos diciendo tonterías (de diferente calibre) sólo demuestra que aquí hay un porcentaje de tontos equiparable al de cualquier otro país. Y aquí y allí es un hecho que siempre hay un porcentaje de la población dispuesto a tomarlos en serio.
Lo que yo, querido lector, pueda entender por "tontería" es del todo irrelevante en este apunte.