Fuente: The Atlantic
Hace tiempo que lo estamos viendo: los estudiantes asiáticos obtienen mejores notas, tanto en Asia como en los Estados Unidos o en Europa. Pero curiosamente, cada vez que aparecen datos que lo confirman, sale alguien diciendo que los los asiáticos viven angustiados, que el número de suicidios infantiles es entre ellos muy alto, que sus madres son unas dictadoras.... Nada de esto se sostiene. Los adolescentes, en Europa o en estados Unidos, que van a un terapeuta no son precisamente asiáticos y el estrés estudiantil es más bajo en Japón o en Taiwan que en los Estados Unidos. El número de suicidios entre los jóvenes -véanse las estadísticas de la OMS- es más bajo en Japón, Corea, Hong Kong o Singapur que en Lituania, la Federación Rusa, Luxemburgo, Noruega, Canadá, Austria, Finlandia, Bélgica o Islandia. En Estados Unidos, la tasa de suicidios entre adolescentes latinos es mayor que entre orientales. Respecto a las madres asiáticas... yo no sé cómo serán de estrictas, lo que sí sé es que sus hijos están más predispuestos que los nuestros a mantener con sus impuestos la jubilación de sus padres. Sigamos, pues, tomándonos a broma el éxito de los estudiantes asiáticos... pero pensemos que quizás nuestros nietos tengan que llamar a sus puertas en busca de trabajo.
¿Saben cuál es la principal diferencia entre un estudiante de origen asiático y otro nacido en Santa Coloma, Cangas o Jerez? Pues que el primero sabe que no hay ningún resultado académico que no se pueda mejorar con un poco más de esfuerzo. Nuestros estudiantes, sin embargo, creen -con la complicidad de padres y pedagogos- que si tienen que esforzarse, es que su profesor no ha sabido motivarlos.