"Al hombre se le exige que haga bien a los hombres". Séneca podría haberse quedado aquí y nos habría ofrecido la repetición de un antiguo precepto. Pero la sustancia de su consejo se encuentra en lo que viene a continuación: "Si puede ser, a muchos; si no, a pocos; si eso tampoco, a los más cercanos; si a nadie en particular, a sí mismo".