Ayer me pasé el día intercambiando mails con una mujer mexicana -por la cuestión de mis espías, claro. En el penúltimo mensaje que me envió me lanzó un requiebro que me dejó perplejo: "Es usted todo un caballero. ¡Cómo se nota que es usted catalán y español!". Me lo dijo con tanta convicción, tan segura de su clarividencia, que no tuve valor para refutarla luciendo navarridad. A ella le dedico esta maravilla del infinito Pedro Infante.