Tras demostrar que Cristóbal Colón era catalán y que El Quijote, La Celestina y El Lazarillo de Tormes se escribieron en catalán (esta última obra habría salido de la pluma de Joan Timoneda), Jordi Bilbeny rinde un nuevo servicio a la verdad demostrando que Leonardo da Vinci también era "de casa nostra". De paso ha denunciado la conspiración histórica de Madrid, París y el Vaticano para empequeñecer a Cataluña.