"Era mucho pedir -escribió Thomas Mann- que se tuviera que llamar música al tritono mi bemol mayor del preludio del Oro del Rin. Porque música no era: era un pensamiento acústico". Mann, gran lector de Nietzsche, sabe que éste alaba repetidas veces este preludio, que representaría el manar de la primera agua del mundo. "¡Así viven las olas -escribe-, así vivimos nosotros, los que ejercemos el querer".
Wagner cuenta de esta manera en sus Anales el surgimiento del surgimiento del Oro del Rin: "Despierto con la idea de la introducción orquestal al Oro del Rhin (tritono en Mi bemol mayor): Me abstraigo en el murmullo del agua. Regreso inmediatamente con la resolución de ponerme inmediatamente al trabajo”. Era la Spezia, el 5 de septiembre de 1853.