Estoy leyendo la interesante biografía de Karl Marx firmada por Jonathan Sperber, y aprendiendo muchas cosas que no sabía. Por ejemplo que en una ocasión en que Marx se encontraba en una situación económica desesperada, durante su exilio londinense, acudió al recurso extremo de buscar trabajo. No encontró ninguno. Su mala caligrafía -"que era execrable", puntualiza Sperber-, le cerró todas las puertas.
Que cada cual resuelva como le parezca bien este nuevo problema filosófico.