Mito 1: A la gente -y especialmente al niño- le gusta aprender.Pues depende... hay mucha variedad de seres humanos. Pero todo parece indicar que lo que en realidad nos gusta a la mayoría -y esto es especialmente cierto en los niños- no es tanto aprender cosas nuevas como poseer respuestas tranquilizantes para nuestra vida cotidiana. ¿Qué sería de la democracia si nos gustase analizar críticamente todos los programas electorales de todos los partidos?
Mito 2: Lo que no se comprende ahora de manera significativa, no se comprende después.El aprendizaje cotidiano, el de la vida, no se entiende si lo imaginamos como un avance lineal hacia lo desconocido. Todos necesitamos dejar a nuestras espaldas fortalezas sin conquistar si queremos seguir avanzando. Algunas se quedan sin conquistar toda la vida, a otras las conquistamos cuando el presente y la maduración personal nos han entregado las llaves de sus puertas. Tenemos posiciones avanzadas -las hipótesis- y cuarteles de invierno -las certezas- y entre unas y otras hay frecuentes escaramuzas con el enemigo -la ignorancia- que nos hacen cambiar de opinión sobre los más variados asuntos. Ni nadie sabe explicar todo lo que supuestamente sabe, ni nadie está seguro de no modificar mañana un aprendizaje que hoy le parece muy significativo. Por eso es tan importante lo que Vives llamaba el "ars nesciendi". El aprendizaje real es una mezcla extraordinariamente compleja de aprendizaje significativo (que no por significativo es necesariamente científico), mitos, prejuicios, etc. Tanto es así, que el aprendizaje real -el de la vida- no es exactamente el mejor modelo para el aprendizaje escolar. Si el niño no aprendiera una palabra nueva hasta que no se mostrara competente en el uso de la que ya cree saber, no aprendería a hablar en su vida.
Mito 3: No es importante ver todo el temario. Obviamente eso depende de cómo sea el temario y del tiempo disponible. Pero me temo que lo que se está queriendo decir con esto es que los conocimientos no son tan importantes. La respuesta es que lo que los niños pobres no aprendan en la escuela, no lo aprenderán en ningún otro sitio; mientras que los niños ricos tienen fuentes alternativas de conocimiento. No hay nada más discriminatorio y antiequitativo que la falta de exigencia escolar a los pobres.
Mito 4: El aprendizaje ha de ser divertido.En muchos casos el aprendizaje es ameno y divertido y contar con un buen profesor ayuda mucho a que sea ambas cosas. Pero disponer de capacidad de concentración, resistencia a la fatiga y un mínimo de capacidad intelectual también ayuda. No es casualidad que el conocimiento sea tan valioso y no lo sería si no fuera escaso. Hay un campo del conocimiento, que es curiosamente el más elevado, el de la teoría, en el que no es honesto adentrarse si no estamos dispuestos a hacernos daño.
Mito 5: Los exámenes no miden el conocimiento.No hay manera humana de medir objetivamente el conocimiento de una persona, pero la peor evaluación de todas es la que no se hace.