La historia la cuenta Victor Serge en sus Carnets, así que remítanse a él las suspicacias.
Gustav Regler, escritor alemán que acabó formando parte en México del grupo antiestalinista de Julián Gorkin, Marceau Pivert y Victor Serge, fue herido gravemente en el frente de Madrid y le hicieron una transfusión de sangre. Cuando recuperó el sentido, lo primero que hizo fue preguntar de quién era la sangre a la que debía la vida. Le dijeron que de un catalán. "La idea de llevar sangre de un catalán en las venas lo trastornó. Quería conocer al donante." Le mostraron su foto. Era un hombre fuerte con una barba bien poblada y un marcado arco ciliar. No le pareció suficiente. Le aseguraron que detestaba a Wagner y admiraba a Mozart y se sintió un poco más cómodo. Le añadieron que era torero. Se quedó tranquilo.
Añade Serge que la influencia de la sangre en nuestro carácter es semejante a la del amor en el alma de las mujeres.