En Jacinta la pelirroja (1929) cantaba José Moreno Villa:
Quisiera morir habiendosido poeta, carpintero,pintor, filósofo, amante y torero.¡Ah! y cantor negrode un jazz que sientoa través de diez capas de suelo.
Que en traducción libre quiere decir:
Quisiera vivir siempresiendo coach, oenegero,grafitero, tertuliano, promiscuo y animalista. ¡Ah! y skatero de una música que sientocada vez que como eskater me revelo.
Cambian las listas de pecados, pero su número me parece a mi que permanece inalterable. Ahora uno de los pecados más grandes en los decálogos de los defensores del Bien es el toreo. Nada nuevo: hay que estigmatizar al pecador porque, en caso contrario, ¿cómo iba a saber la gente quiénes son los buenos?