No tengo una docena de nietos, sino sólo dos, pero a veces llamo a uno con el nombre del otro y a mi hijo con el nombre de su hijo, etc. No es grave, no pretendo dramatizar. Es sobre todo irónico, porque recuerdo cuando mi madre me llamaba a mi con el nombre de mi hermano y como yo me reía de sus errores, ella se acordaba de cuando se reía de los errores de su madre, y terminaba advirtiéndome, "¡Ya te acordarás, ya". De esto sí que me acuerdo, madre, y cada día más.