Finlandia se ha convertido para nosotros en algo así como el ideal que sirve como referente cuando se habla de la escuela del siglo XXI, aunque curiosamente los resultados de este país en PISA comenzaron a desinflarse en 1912. Como normalmente por la red corren elogios de todo tipo al sistema finés, me voy a permitir aportar dos textos que pueden hacer de contrapeso.
En el primero, A Different Kind of Lesson From Finland, se dicen cosas como esta: "Besides Finland's 50-plus "special" high schools (which a local expert says "can just as well be called schools for the gifted and talented"), we found—especially in metropolitan Helsinki—an underground network of families jockeying to get their little ones into primary and middle schools that have impressive track records of high school and university admission".
El segundo es un texto que debe tener presente cualquier persona que quiera hablar con criterio sobre Finlandia, "Real Finnish Lessons. The true story of an education superpower", de Gabriel Heller Sahlgren. El autor explica el éxito de la escuela finlandesa con argumentos exactamente opuestos a los que habitualmente se aducen.
No estoy presentando estos textos como dogmas de fe. Lo que me interesa es, simplemente, mostrar que el debate educativo sobre Finlandia no es tan monolítico como a veces ingenuamente creemos.