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El café de Ocata
Es bien sabido que la expresión "banalidad del mal" fue acuñada por Hannah Arendt en su famoso libro Eichmann en Jerusalén. Es menos sabido que cuando Arendt visitó la universidad de Chicago promocionando este libro, se encontró en frente con las críticas de Leo Strauss y de Saul Bellow que incluso intentaron boicotear su conferencia. Los argumentos de ambos están bien recogidos en este fragmento de El planeta de Mr. Sampler:
"La idea de hacer que el gran crimen del siglo parezca una cuestión baladí no es nada banal. Política y psicológicamente los alemanes tuvieron una idea genial. La banalidad no era más que camuflaje. ¿Qué mejor medio de anular la maldición que conlleva el asesinato que hacer que parezca ordinario, aburrido o trivial? Con una pavorosa perspicacia política descubrieron un medio para disfrazarlo. Los intelectuales no lo entienden. Sus ideas sobre estas cuestiones las extraen de la literatura. Esperan un héroe perverso como Ricardo III. Pero ¿acaso crees que los nazis no sabían lo que era el asesinato? Todo el mundo (salvo ciertas literatas engreídas) sabe qué es el asesinato. Es algo que la humanidad sabe de antiguo. Los mejores y más puros seres humanos, desde el principio de los tiempos, han comprendido que la vida es sagrada. Cuestionar esa vieja idea no es una banalidad. Hubo una conspiración contra el carácter sagrado de la vida. La banalidad es el disfraz que adopta una voluntad muy poderosa para anular la conciencia. ¿Es trivial ese proyecto? Únicamente si la vida humana es trivial. El enemigo de esta catedrática es la civilización moderna misma. Ella se limita a utilizar a los alemanes para atacar al siglo XX, para denunciarlo en los términos inventados por los alemanes. Aprovecha una idea trágica para promover las ideas descabelladas de los intelectuales de Weimar."
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15:03
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El café de Ocata
Aunque ustedes me vean protestar por estas cosas, en realidad me fascinan, porque dicen más sobre el hombre -ese ser que pide a gritos ser engañado- que un doctorado en antropología filosófica. Por eso, cuando esta mañana me han ofrecido un "masaje ayurvédico en los pies con cuenco de cobre blanco", he prestado toda la atención que he podido concentrar en la cosa en sí.
En definitiva: si tienes los pies cansados, problemas de sueño, estrés o pensamientos poco positivos, trastornos en la piel, baja energía corporal o el "agni" desequilibrado...
- Despacio, despacio, ¿qué es el agni? -he preguntado.- Es vital para garantizar un verdadero equilibrio de todo el organismo -me han contestado.
... recuperemos el hilo. Si tienes cualquiera de los problemas anteriores, lo que necesitas es un masaje ayurvédico en los pies que combine la acción del cuenco alquímico (compuesto de 5 metales, principalmente de cobre), mantequilla clarificada y una secuencia de masaje marma.
No he preguntado qué es un masaje marma porque he supuesto que es vital para garantizar el equilibrio de todo el organismo.
Y todo esto por 40€, que es mucho menos de lo que cobra un psiquiatra.
Nos quejamos porque queremos.
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10:19
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El café de Ocata
Hay un poema de cien octavas en la Biblioteca Nacional titulado Eccos de la Musa Trasmontana o Prometeo. José María de Cossío creía que pudo haber sido escrito por Gabriel Álvarez de Toledo a finales del siglo XVII. No es la mejor obra de la literatura española, pero no carece de interés porque nos presenta a un Prometeo aquejado de una melancolía que podríamos llamar rousseauniana. Ha robado el fuego de los dioses y se lo ha entregado a los hombres. Él paga su filantropía heroica encadenado a las rocas del Cáucaso y cada amanecer un buitre viene a alimentarse con su hígado que le vuelve a crecer de noche, como las preocupaciones más negras; mientras que a los hombres el fuego les ha proporcionado más oportunidades de confort, pero no de bondad.
Este es el lamento del titán desencantado:
¡Ay!, cuánto más feliz mi suerte fuerasi con alma plebeya en vil estado,entre riscos y robles condujeraa un tiempo mi inocencia y mi ganado.