"No puedo medir ni detener mis pasiones, que no pasen del punto y tasa que yo quiero, como decir, quiero enojarme tanto y no más; quiero que la irascible llegue a este grado y no a estotro. Esto no está sujeto a mi querer y albedrío (...) nuestras pasiones nos llevan y mueven, y por eso se llaman propiamente pasiones."
- Malón de Chaide, La Conversión de la Magdalena