Inesperadamente -que así llegan las cosas importantes- estoy viviendo un ménage à trois. Y confieso que disfruto. Los implicados somos mi amiga parisina B., Maurice Ravel y un servidor de ustedes. Si Eros, como decía Nono de Panópolis, es "lo que mantiene la unión", esta es una relación erótica que, por fortuna, se desarrolla en la intimidad pero sin ocultarnos de nadie.
Ya era devoto de Ravel antes de formar este trío, pero ahora la devoción se ha transformado en pasión compartida.