Sigo leyendo lentamente a Donoso Cortés bajo la hipótesis de que su idea de una civilización católica juega en su obra el mismo papel que el del paradigma de la "ciudad en el logos" en la República de Platón: algo que conviene engrandecer para ver con su lupa la realidad.
Esta mañana me he encontrado con este párrafo: "No parece sino que Dios, al consagrarle [al hombre] Rey de los dominios de las ciencias, substrajo a su potestad y a su jurisdicción una sola: la ciencia del equilibrio. Esto serviría para explicar la impotencia absoluta a que todos los partidos equilibristas aparecen condenados en la historia; y por qué el gran problema de la conciliación de los derechos del Estado con los individuales, y del orden con la libertad, es todavía un problema, viniendo como viene planteado desde que tuvieron principio las primeras asociaciones (...). Los únicos pueblos que han sido a un tiempo respetuoso y libres, los únicos gobiernos que han sido a un tiempo mesurados y fuertes, son aquellos en que no se ve la mano del hombre, y en que las instituciones se vienen formando con aquella lenta y progresiva vegetación con que crece todo lo que es estable en los dominios del tiempo y de la historia."