Revisando papeles me he encontrado con un poema de Miguel d'Ors y he recordado que lo sabía de memoria. Es éste:
La segunda mitad del siglo XX
funcionó por razones
que la Raison jamás conocerá.
Pero yo sí conozco algunos casos,
freres humains qui apres nous vivez:
Andrés se hizo fascista por profundos
motivos de peinado,
Yvonne marxista porque las milongas
de los Quilapayún, Pedro bakuninista
por Margarita, Plácido católico
por afición al órgano (en el mejor sentido),
Giambattista se hizo socialista
dicen que por la rima, Doña Pura
testigo de Jehová por una minipimer,
Juan y Pedro mormones por razones
de estricta sastrería.
Insondables abismos del organismo humano:
durante la segunda mitad del siglo XX
nadie fue calvinista por Calvino,
ni sartriano por Sartre, ni budista por Buda,
sino que por, o sea, que sentían
un no sé qué, que quedan balbuciendo
aquellos antropoides.