"El 27 de febrero de 1947 (...) Günther Krauss conoció personalmente a Franco (...). Posiblemente la audiencia se debió a la fama que el abogado renano había alcanzado en Alemania como partidario de la reintroducción de la pena de muerte".
A lo largo de la entrevista, Krauss le confesó a Franco su admiración por haber conservado en el corpus legal español este castigo porque a su parecer, la abolición de la pena de muerte concedía total impunidad al crimen. "Excelencia", le dijo, "usted ha rechazado todos los intentos de eliminar esta pena. Se lo agradezco y le ruego que jamás acepte las peticiones de su eliminación".
La respuesta de Franco fue la siguiente: "lo primero que uno esperaría de un abogado es que quisiera implementar un sistema penal lo más suave posible para los intereses de sus clientes".
En el gran libro de Miguel Saralegui, Carl Schmitt pensador español, Trotta, 2016