Aparentemente era una familia convencional. Él trabajaba -decía- en una multinacional y ella era profesora de la UNAM. Tenían dos hijas. Una de 6 y la otra de 8 años. Un día él les dijo que lo trasladaban aValparaíso con urgencia y que había decidido vender la casa y todo su contenido. Ya comprarían lo que les hiciera falta en su nuevo destino. "Cuándo piensas venderla?",le preguntó ella. "Ya la he vendido!", contestó él. Añadió que se marcharía al día siguiente a Valparaíso para preparar la instalación de la familia y que estaría esperándolas en una dirección que les dio. Así hicieron, pero no las estaba esperando nadie. Aquel hombre había desaparecido sin dejar rastro. Cuando las hijas crecieron comenzaron a buscar a su padre. Lo localizaron en Rusia -ya había caído el muro-, estaba casado y tenía tres hijos. Se enteraron de que vivía en una pequeña localidad en las afueras de Moscú. Cuando dieron con él, descubrieron a un hombre con alzheimer. Su nueva familia no sabía nada de su vida en México. Las hijas pudieron averiguar también que su padre había nacido en la URSS y que había sido un importante agente de la KGB. Se había limitado a cumplir órdenes, les dijeron.
Les aseguró que la historia es completamente cierta. La persona que me la ha contado sabía muy bien de qué hablaba.