Ayer por la tarde. Suena el teléfono. Una voz femenina se presenta como periodista de una importante empresa radiofónica española.- Encantado.- Me gustaría entrevistarte esta tarde.- ¿Sobre qué?- Sobre consumismo.- Uhmmm- Seguro que siendo filósofo tienes algo que decir...- Uhmmmm- ¿Qué opinas?- Creo que no soy la persona adecuada.- ¿No me dirás que te parece bien todo el consumismo de estos días?- Me parecen mal los consumistas que dan lecciones de moral... Deberías contactar con un asceta. Quizás con un cartujo.-¿Qué?- Con alguien que sólo consuma lo imprescindible.- Bueno ni tan poco ni ....- O sea que es una cuestión de grado...- Me imagino.- ¿Y quién soy yo para decir a una persona que va tan feliz por la calle cargado de bolsas que compre... cuánto... un 20% menos? ¿Acaso sabré yo mejor que ella cómo gestionar su economía familiar?- Ya veo por donde vas...- Yo también voy a comer estos días más de lo necesario y sé que voy a cocinar más de lo que vamos a comer. ¿Y qué?- Tengo que buscar a otro. ¿No conocerás a alguien?