Mi nieto descubrió con emoción el trazado de una cruz en la isla de Siltolá, muy cerca de la Villa Isla del Tesoro. Dedujo que con toda probabilidad señalaba la presencia de un tesoro escondido. Estoy de acuerdo, pero ¿de qué tesoro? Tratándose de una isla literaria, pienso que podría tratarse de la biblioteca perdida del zar Iván IV Vasilyevich (Iván el Terrible).
En 1472, el abuelo de Iván el Terrible, Iván III, que era un ávido coleccionista de libros, se casó con Soíia Paleóloga, sobrina del último emperador bizantino. Cuando ésta se instaló en Moscú, llevó consigo su biblioteca, que contenía -dicen- una buena parte de la Biblioteca de Constantinopla, así como manuscritos de la Biblioteca de Alejandría.
Ivan el Terrible incrementó los libros heredados de sus abuelos con importantes adquisiciones. Sabemos que en su biblioteca había muchos libros antiguos y modernos en ruso, griego, latín, hebreo, egipcio y chino. La biblioteca se conservaba en el sótano del Kremlin.
Tras la muerte de Iván el Terrible, dejó de hablarse de la biblioteca. Desapareció. Algunos dicen que fue destruido en un incendio; otros aseguran que está oculta en algún sitio, esperando a que alguien la descubra.