Charla en Balaguer. Me he desviado para pasar por Agramunt y por Castellserà. Al entrar en el término municipal de este pueblo -cielos amplios, trigos nuevos, el Pirineo lejano- ha comenzado a sonar en la radio
Cain overo il primo omicidio, de Alessandro Scarlatti. 5 quilómetros de una carretera desierta. 5 quilómetros intensos. De repente ha aparecido el cementerio a mi izquierda. He aparcado y he entrado a... a no sé muy bien a qué. Me he detenido unos segundos ante el panteón de los Brufau, pero quien me llamaba la atención era el ángel de piedra de la foto, que estaba en un panteón cercano. ¿Hay algo más contradictorio que un ángel de piedra?
Balaguer, cuando iba hacia la plaza del Mercadal, donde está el ayuntamiento, me he encontrado a este señor contemplando este cartel. No he podido resistirme:- ¿Me deja hacerle una foto?- ¿No me meterán en la cárcel, verdad?- Es sólo un ejercicio de narcisismo.- ¿Qué?- El del cartel, que soy yo...- ¿Y quiere hacerle una foto al cartel conmigo?- Sí, pero como estaba antes, de espaldas,- Bueno...