Un infeliz, que de hambre se moría,
exclamó cierto día,
viendo un bloque de mármol de Carrara:
-¡Gran Dios, si yo lograra
esculpir esta piedra, comería!-
Y picando, picando,
con el afán de un loco,
de aquí y de allá quitando,
pulverizó la piedra poco a poco.
Bueno es el trabajar. Yo no me meto
si a jornal o a destajo.
Pero el hombre discreto
debe siempre hacer útil su trabajo.
- Luis de la Guardia.