"Leo tus cosas", me dicen algunos, "pero no estoy de acuerdo con todo lo que dices". "No hacía falta que me lo dijeras", suelo añadirles, "ya lo daba por supuesto".
La verdad es que espero que el día de mañana me traiga bajo el brazo algún desacuerdo intelectual con el día de hoy, porque esa es la gracia del pensamiento: pensar contra uno mismo. Ser un "homo sibi dissimilis" no es ninguna desgracia... siempre que esa disimilitud se desarrolle en la diacronía y no explote en la sincronía.
E.P. BOS (ed.), Medieval Supposition Theory Revisited, Brill, 2013.