Esta tarde he participado en la presentación de un libro de Pep Masabeu: 20 històries de superació al Raval. Al terminar se me acerca un señor a la mesa. Me saluda y me dice que no viene a hablar de educación, sino de historia, porque conozco a un miembro de su familia mejor que la misma familia.- Tu dirás.- ¡A Caridad Mercader?- ¿Eres un Mercader?- Mi abuela.- Me gustaría tomar un café con ella...- Ya ha muerto. Ella era la que sabía, porque lo había vivido. Mi madre sabe algo de oídas.- ¿Y qué sabía?- Que era una auténtica señora burguesa de Sant Gervasi, pero pasó de lucir ropas a lucir dos pistolas.- ¿Llevaba dos pistolas?- A la cintura, o eso se ha dicho siempre en casa.- No sabía pasar desapercibida.- Pero mi abuela durante la guerra comió gracias a ella.- ¿Qué quieres decir?- Vivíamos cerca del Colegio del Sagrado Corazón, que ella se incautó, para el PSUC, donde había un cuartel.- Sí. Primero se llamó Graells y después Carlos Marx. Allí estaba también Ramón.- Pues cada día le llevaba comida a mi abuela desde el cuartel.- ¡Y eso que era Mercader!- El Pablo Mercader, pobre, su marido. Se casa con una gran burguesa y un día se despierta y su mujer le ha puesto una bomba en la fábrica y se ha hecho revolucionaria.- Era un buen hombre.- Muy cristiano, muy de derechas, conservador. Para él la familia y los hijos eran lo primero. Ella era muy culta, encantadora, como sus hijos.
Le he dado mi tarjeta hemos quedado para tomar un café y hablar despacio.