Respondo al artículo de David Ruiz Marull.
1) La primera en la frente. Mejor hablar de cociente intelectual que de coeficiente. El C.I. es el resultado de dividir la edad mental por la edad cronológica, es decir, un cociente. En este sentido lo que el articulista viene a decir es que la relación entre la edad mental y la cronológica se está alterando por el descenso progresivo de la primera.
2) Los especialistas, comenzando por James R. Flynn hace tiempo que venían observando que, desde que comenzó a medirse la inteligencia, hasta finales del siglo XX había tenido lugar un incremento sostenido del C.I. Es lo que se dio en llamar "el efecto Flynn" o "efecto de las ganancias generacionales de capacidad cognitiva".
3) Conviene observar que, aunque el C.I. se incrementase, como lo hacía en todos los segmentos, las diferencias internas en la población permanecían estables. El efecto Flynn sabía poco de equidad. La ganancia global era notable, pero eso no afectaba a la distribución de los resultados.
4) Pero visto de cerca, el "efecto Flynn" deparaba algunas sorpresas interesantes: no todas las capacidades intelectuales progresaban por igual. Algunas habían crecido vertiginosamente y otras de manera mucho más discreta.
5) Las capacidades intelectuales que más crecían eran las que tenían que ver con lo que podemos llamar, en general, razonamiento. Las que menos crecían eran las que tenían que ver con aquello sobre lo que se razona: datos, matemáticas y lenguaje. Digamos que el motor intelectual había aumentado de manera notable su potencia, pero al volante había un conductor que no parecía dispuesto a sacarle partido a las nuevas prestaciones de su coche. La buena -magnífica- noticia era que las capacidades cognitivas pueden mejorar. La mala, que se descubrían desequilibrios inquietantes en el incremento del C.I.
6) Y lo que se temía que pasara, pasó: Esos desequilibrios acabaron reflejándose en un descenso del C.I.
Este descenso sigue, actualmente, con su tendencia negativa.
7) Como era de esperar, las explicaciones de este deterioro son muy diferentes, pero el deterioro está ahí. Algunos intentan justificarlo alegando que el concepto de C.I, está desfasado, que en la era digital la inteligencia está cambiando, y que el C.I. no puede capturar las inteligencias múltiples. A mi modo de ver esta justificación es una solemne tontería. La inteligencia sigue -y seguirá- siendo lo que era: la capacidad de integración: la capacidad de organizar lo diverso que hay en nosotros para dar una respuesta eficaz a un reto. Ya saben ustedes que yo no creo demasiado en eso de las "inteligencias múltiples". Entre otras razones, porque siendo todos distintos, no todas nuestras conductas tienen el mismo valor. Hay conductas muy inteligentes y conductas muy poco inteligentes y lo que se pone de manifiesto en unas y otras es la totalidad de la persona.
8) Se ha dicho también que el crecimiento se debió al incremento de la calidad de la nutrición, pero esto podría explicar el crecimiento, no el declive.
9) A mi modo de ver, las ganancias parece que se deben a un notable incremento de los estímulos intelectuales ambientales. No hay duda de que los estímulos intelectuales a los que se ve sometido hoy un niño son más numerosos y mucho más sofisticados que hace 20 años. El desarrollo de la capacidad cognitiva es real.
10) En cuanto al descenso, la única explicación que me parece creíble tiene que ver, como ya apuntaba antes, con el desfase entre las capacidades intelectuales y los contenidos sobre los que esas capacidades operan. Por eso el descenso no es homogéneo. Allá donde los contenidos forman parte esencial del aprendizaje, el C.I. sigue su proceso ascendente. Este es uno de los elementos que me empujan a sospechar que estamos asistiendo a la emergencia de una nueva clase cognitiva.
Lo que dice Roberto Colom, que es el que sabe de estas cosas:
AQUÍ