Uno cree que viaja al otro extremo del mundo y resulta que el mundo se ha encogido tanto que todo está a la vuelta de la esquina. Veía en el mapa el nombre de Huamantla, en el estado mexicano de Tlaxcala y sólo encontraba una eufonía que explotaba en chasquidos en mi boca al pronunciarlo. Es decir, algo exótico y atractivo, pero enigmático. Pues bien, resulta que Huamantla, en Tlaxcala, es una ciudad que, en cierta forma, quiere ser Pamplona. Y no sólo eso. Me encontré con varias personas que han estado en Pamplona.
El viaje de ida y vuelta fue magnífico. Muy buena y muy filosófica compañía. La ida la hicimos a la sombra de La Malinche, que se erguía a nuestra izquierda, majestuosa y, al menos para un español, acogedora. A la vuelta ya era de noche y se nos pasaron los quilómetros sin darnos cuenta, discutiendo sobre si Gadamer había entendido bien la "phrónesis" aristotélica. ¡Ya ven ustedes, qué cosas! El veredicto fue unánime: No.
La primera sorpresa vino cuando, tras la pantagruélica comida, pedí un tequila y me lo sirvieron así. Y entonces até cabos: aquel señor de la mesa de al lado con coleta debía ser torero y la cantidad de símbolos taurinos que nos rodeaban no era un mero adorno. Estábamos en un pueblo apasionadamente taurino. Tan taurino, que tienen su propio encierro, la "huamantlada". Se llama así porque, por vete a saber qué razón, suponen que el encierro de Pamplona se llama "pamplonada". Lean ustedes:
Esta calle viene a ser La estafeta de Huamantla:
La primera plaza de toros de Huamantla se construyó en 1870 y era rectangular. En 1910 la modificaron para darle la forma circular habitual. Fue entonces cuando la bautizaron como "La Taurina" En el año 2000 ampliaron el foro, que tiene cabida para seis mil espectadores. Pueden ver la carpa desmontable. No intenta dar sombra, sino proteger a los aficionados de la lluvia. En julio y agosto celebran la feria de Huamantla y el 18 de octubre, el aniversario de la fundación de la ciudad. Hay también una escuela de tauromaquia dirigida, como descubrí al verlo, por el torero que comía a nuestro lado.
Las comidas siguen siendo excelsas. Y, siempre dejándome llevar por los nombres, hoy he probado un postre con un nombre sugerente: "Dedo de novia":
Respecto al volcán, mi tocayo Don Goyo... la gente intenta tranquilizarme. Xavier Guzmán me cuenta desde la Ciudad de México que Popocatépetl quiere decir "montaña que humea" y que si humea, no explota. Me pregunto si Don Goyo estará de acuerdo. La verdad es que AMLO, el Presidente de México, acaba de decir que la situación no es preocupante.... y eso sí que me ha preocupado.