El viernes me enteré, gracias a Jordi Amat, que lo sabe todo, que el Cambó de Pla fue una obra de encargo que, además, estuvo corregida por el mismo Cambó. Amat me indicó también el lugar en que se conservan los textos originales del escritor y las correcciones del político. En cualquier caso, es una gran obra. La he tenido durante semanas de libro de cabecera. Además de hablar -bien- de Cambó, Pla deja escapar de vez en cuando algunas observaciones interesantes -y con frecuencia maliciosas- sobre otras personas. De Balmes dice: "Es un poco pesado, sobre todo cuando escribe como un predicador barroco". Es exactamente así. A veces Balmes se sube al púlpito de su ego y comienza a echarle un sermón a la historia, y sus palabras van formando bola en el paladar del lector. Claro está que no es sólo eso. Ni tan siquiera lo es en su mayor parte. Por eso Pla añade: "Pero es el catalán del siglo pasado que manejó más ideas y tuvo una curiosidad intelectual más amplia". Este es el Balmes que podemos llamar laico, que observa su realidad circundante con una mirada europea y la expresa con palabras precisas, como cuando nos regala el nombre exacto de un modo de pensar muy nuestro: "pensar sintiendo".
A unas elecciones siempre se va con el voto empapado de sentimiento. Pero en estas, me parece que lo que cuenta es la intensidad de ese sintiendo, que ha devorado el pensar. Si me permiten la frase fácil, añadiré que el pensar se ha convertido en pienso del sentimiento.
Se suponía que el "seny" era una virtud catalana. Algunos dicen -Joan Sales, por ejemplo- que es tan virtud como el famoso punto medio de los griegos, que si lo buscas, no hay manera de encontrarlo. Yo, sin embargo, sigo pensando que está ahí y que, como ha pasado históricamente en Cataluña, tarde o temprano aparecerá alguien diciendo "som gent d'ordre" y provocará un seísmo electoral. Ya hay un grupo relativamente numeroso de personas que anda buscando esa salida desde el catalanismo. Para que tengan éxito necesitan de alguien que personalice el pensar sintiendo colectivo con más pensar y menos sentimiento. En una cena que recientemente hicimos, en un chino, los del Círculo Hermenéutico Estraussiano de les Planes, me atreví a apostar que esa persona aparecerá antes de 4 años.
Y, si no, pues a apechugar.
Añadido a las 13:23: Acabo de ver en las redes que un importante político anima a "votar con el corazón". -->