He participado en un seminario sobre la educación en virtudes que ha tenido lugar en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid. Lo menos que puedo decir es que ha tenido la virtud de alimentarnos muy bien. Pero, además, había una cordialidad en el ambiente muy notable, que facilitaba mucho los contactos y ya se sabe que lo que ocurre en los pasillos de estos encuentros es tan iportante como lo que ocurre en la tribuna.
He vuelto a casa con mi moleskine llena de notas que tengo que meditar. Transcribo a continuación alguna de ellas:
1. La virtud, más que la conducta del "vir", del varón, nombra algo que se encuentra en su (supuesta) raíz indoeuropea "-rt-", que ha dado lugar a términos como "orthós" (recto), "arithmós" (número), "ritmo", "arte", etc.
2. La virrtud en su sentido más propio es el desarrollo excelente de una función. No se puede decir de algo o de alguien que es virtuoso si ignoramos respecto a qué. Existen los virtuosos del piano, del balón o de la cocina. Un caballo de carreras que gana carreras es virtuoso en esto. Los griegos hablaban sin reparos de la "virtud del ladrón", porque un ladrón es virtuoso si desarrolla su función de manera excelente (con la mayor eficiencia). ¿Pero cuál es la función del hombre?
3. Volví a oir lo de que "aprender no es simplemente adquirir conocimientos". Obviamente, pregunté: "¿Si no hay un incremento del conocimiento se ha aprendido algo?" ¿Por qué esta reticencia a aceptar lo obvio? ¿No se cuela en nuestros discursos pedagógicos modernos, de manera más o menos subrepticia, un tufillo antintelectualista?
4. Nos olvidamos un poco de la teoría como culminación de las virtudes propiamente humanas. Este olvido fue otro tributo a los tiempos.
5. Los británicos que intervinieron dijeron sin matices algo que nosotros matizaríamos mucho: que los profesores son los representantes de los padres en el aula. ¿Quién tiene razón? Dijeron también -e insistieron en ello- que no existe la neutralidad docente. Pero entonces no son unos prepresentantes meramente vicarios. Y aquí está el problema.
7. Me gustó esto: "La humildad no consiste en quitarnos valor, sino en no quitárselo al otro".
8. Varios conferenciantes resaltaron 3 momentos de la práctica de la virtud en la escuela: la práctica en sí misma (una actividad coherente), la narrativa (propuesta de modelos de excelencia) y las tradiciones (inscripción en una tradición).
9. Una idea rupturista en tiempos innovacionistas: Las prácticas pedagógicas deben crear tradiciones propias.
10. En un seminario como este era inevitable insistir en la educación del carácter y así se hizo. Se señaló que en la escuela para que esta educación sea posible, se requiere un idioma común (en palabras y ejemplos) y se insistió mucho en basar la educación del carácter en determinadas narrativas.
11. Otra idea repetida insistentemente, y que comparto: No es suficiente con que el profesor acompañe al alumno. Ha de educar.
12. Puede ser que a nuestros alumnos les resulte difícil leer a los clásicos, pero el maestro debe estar empado de ellos, de manera que sus discípulos accedan a los clásicos a través de él. Al maestro -se dijo- se le supone la lectura. Lamentablemente solo el 7% de nuestros maestros son lectores habituales.
13. Juan Antonio Granados (director del colegio Stella Maris La Gavia de Madrid), comentando su práctica: "En cada asignatura se lee, se relata y se escribe".
14. Otra idea de Juan Antonio Granados: "El hérore moral vive su vida con el enigma que él mismo es".
15. Y otra más: "El Quijote ha de ser imprescindible en nuestros colegios. Los maestros han de leerlo y los niños han de vivirlo en el maestro".