Archivado: enero 8, 2014, 10:43am CET
La descendencia de un ser, por ejemplo, de un ser humano, es aquello que de él sigue vivo y produciendo efectos en lo que promueve, como sucede en sus obras, pensamientos, gestas, acciones, proyectos, hijos, y cualquier otro modo de trascenderse a sí mismo. Por esa razón un ser fecundo no nace y muere sin más, sino que renace en su descendencia.