Cuentan los sabios que:
-el 40% de nuestras preocupaciones se refieren a algo que no ocurrirá, imaginado por el temor, la ansiedad o el cansancio.
-el 30% se refieren a posibles consecuencias de acciones que hemos realizado y no podemos alterar.
-el 12% a críticas que esperamos recibir en el futuro por hacer algo.
-el 10% a preocupaciones relacionadas con la salud.
-el 8% restante a problemas reales que han de ser encarados.
Por tanto, la mayoría de nuestras preocupaciones son irreales. Siendo gran parte de nuestra vida un continuo preocuparse de sí, casi toda ella es una irrealidad, un constante soñar con los ojos abiertos.
Si es así ¿cómo despertar?