Frente a ideas y razones hay ingenuos videntes que sentencian con una foto, o un vídeo, o una selección de datos, cosechados a placer aquí o allá. Le cuestionas lo que cree y te responde con ese sucedáneo del pensamiento que es un tuit, o con esa caricatura de juicio que es la descalificación, o con ese afilado mecanismo de defensa que es catalogarte o «retratarte» (o pretender que lo haces tú): o eres o no eres de los nuestros, o amigo o enemigo, o comulgas con mis principios o no. Ya ésta. Así no hay que pensar ni, mucho menos, dialogar. De todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico de Extremadura.
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