La perspectiva de género es necesaria, pero no es un fin en sí misma –el fin es acabar con una situación de dominio– , ni una «genero-logía» de los valores (diabólicos los de los varones, salvíficos los de las mujeres). El asunto de la identidad personal ligada al género es, por supuesto, relevante (y muy complejo: incorpora constantes biológicas y variables culturales muy diversas), pero no es el único elemento a tratar, ni su tratamiento debe reducirse a una dialéctica estéril entre burdos estereotipos (ya saben la fábula: las mujeres son empáticas, dadas al consenso y al cuidado, al pensamiento y la perspectiva relacional, etc., por lo que no solo acabarán con el dominio del varón, sino que traerán por sí mismas una arcadia democrática y ecológica imposible de lograr por los varones –competitivos, individualistas, de pensamiento unilateral, etc.–)... Sobre todo esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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