Me informan unos amigos del nuevo artilugio para controlar a los niños que está haciendo furor entre los padres. Se trata de un reloj inteligente sujeto a la muñeca del niño y conectado al móvil de sus progenitores que, además de tener continuamente localizado al chaval, permite escuchar a los padres (de modo discreto, reza la publicidad) lo que dice o le dicen a su vástago, darle ordenes a distancia, y premiarle, en su caso, con caritas sonrientes (ignoro si van a desarrollar alguna otra función – un pitido desagradable, una pequeña descarga – en caso de que el niño desobedezca). Sobra decir que – como las pulseras de los presos en libertad provisional – el reloj envía un mensaje a los padres-policía en cuanto el niño intenta quitárselo. Además del modelo infantil (con dibujos) hay otro para adolescentes (sin dibujos). Ambos por un módico precio. Sobre esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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