Nadie triunfa por méritos propios (ni es culpable de su fracaso). Nadie tiene la culpa ni el mérito de nacer rico o pobre, ni de estar más o menos capacitado para aquello que más se valora en su entorno social. Sin embargo, esta idea, la de que uno es el principal responsable de su éxito o fracaso, la del "hombre hecho a sí mismo", por falsa que sea, es el pilar ideológico -- el nuevo opio del pueblo -- de un sistema (el nuestro) -- incluyendo la educación que damos a nuestros alumnos -- que se disfraza de meritocracia para justificar su iniquidad... De esto trata nuestra última colaboración en El Periódico Extremadura. Para leer el artículo completo
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