"El que llegue tarde al bus se queda en tierra, aunque tengamos que jugar con uno menos". Estas fueron las palabras del entrenador José Mourinho en los primeros días de entrenamiento con el Real Madrid, cuando plantilla y entrenador aún estaban conociéndose. En los últimos años, la personalidad del técnico portugués a la hora de conducir el equipo ha sido
uno de los debates más recurrentes en los bares y oficinas del todo el país. La antropología y la investigación de la conducta de los primates nos aportan información interesante sobre la naturaleza de este tipo de personajes.
Las estrategias de
tipo autoritario para alcanzar el poder y ser respetado han sido observadas en varias comunidades de chimpancés. En Gombe (Tanzania), donde
Jane Goodall estudió a los chimpancés durante años, en una ocasión observó el ascenso al poder de
un individuo llamado Mike. A este macho le gustaba jugar con los bidones de hojalata vacíos. Un día descubrió que el sonido estridente que producían al golpearlos asustaba a los compañeros. Gracias a esta estrategia,
consiguió llegar a lo más alto de la jerarquía sin ser el más fuerte del grupo. Este tipo de tácticas también son muy comunes en los humanos.
El puñetazo sobre la mesa del directivo, los gritos y lanzamientos de objetos del entrenador o los empujones del adolescente son patrones de comportamiento con un objetivo similar al de Mike y que
Mourinho maneja a la perfección. Las más de doscientas tarjetas amarillas que atesora el portugués son una buena prueba de ello.
Este tipo de personas con estilo dominante
desean ser el centro de atención de manera continua y no soportan el liderazgo natural de otros miembros. Esto podría explicar la decisión de Mourinho de dejar a Iker Casillas en el banquillo. También tratan de dejar claro en todo momento que controlan a su antojo todo lo que sucede y son muy inflexibles. El problema que este tipo de acciones tiene son las graves consecuencias sobre el equipo.
El neurobiólogo Robert Sapolsky, ha estudiado el estrés que producen las jerarquías en las que viven varios grupos de papiones en África, unos primates que son
muy agresivos a la hora de defender su estatus. Sus estudios concluyen que este tipo de organización social tan estricta genera mucho estrés, lo cual empeora la salud de los que viven en ellas.
Mourinho, poco a poco,
ha ido perdiendo las alianzas que mantenía con varios miembros del equipo, lo que le coloca en una situación muy complicada. La última pérdida en este sentido parece ser la buena relación con Cristiano Ronaldo, con quien hace pocos días se enzarzó en una fuerte discusión, en la que varios compañeros tuvieron que intervenir para separarles.
En varias especies de primates,
el líder que más tiempo conserva su posición es aquel que más alianzas posee, ya que su estatus depende directamente del apoyo de otros miembros. Pero también resuelve más conflictos de los que crea, algo que Mou no entiende.
Para este tipo de contextos, como es un equipo de fútbol, los cuales se componen de pocos miembros, tenemos mucho que aprender de las bandas de cazadores/recolectores y tribus. En estas,
los jefes ejercen un liderazgo situacional que depende del objetivo. Por ejemplo, si la meta es migrar, el mando lo tomará el que mejor se oriente. Si por el contrario, se trata de cazar, entonces el mas hábil rastreador tomará el relevo.
En los casos en los que los jefes son estables,
su opinión es decisiva pero carecen de poder coercitivo, es decir, no pueden obligar a los demás a hacer algo que no quieren. Este es el caso de los kung, unos bosquimanos que habitan en el desierto del Kalahari.
Solo
cuando los grupos aumentan mucho de tamaño, los líderes necesitan legitimarse mediante otras estrategias, como por ejemplo la asociación con una divinidad. En una ocasión, Mourinho declaró: "Tampoco Jesucristo era simpático para todos, imagínate yo". Estas palabras ponen de manifiesto una
personalidad narcisista. Pero tampoco la prensa y aficionados hemos ayudado con apodos como "the special one". Estos alimentan su ego y le acercan a una percepción de sí mismo semi-divina.
El liderazgo es un fenómeno social compartido con muchas especies de animales que emerge de
la necesidad de coordinar los grupos, cuando éstos deciden permanecer juntos para cooperar. Desafortunadamente, en las sociedades de primates humanos y no-humanos, en ocasiones es impuesto y no surge de manera natural.
El liderazgo artificial o impuesto por terceras partes puede funcionar durante un tiempo cuando los grupos se cuentan por miles o millones o si el personaje tiene el carisma suficiente para ilusionar ante un proyecto que se percibe por el pueblo como común. También debe ser capaz de
generar vínculos de calidad con otros personajes clave.
Pero actuar como lo hace Mourinho, en grupos en que los miembros comparten todos los días espacio físico y existe una comunicación cara a cara es un error, ya que
las conductas déspotas invitan al resto a cooperar en su contra. En estos casos, se ha de prestar especial atención al cuidado de la relaciones, algo sobre lo que Mourinho demuestra saber muy poco.
Pablo Herreros,
Mou, el 'macho alfa narcisista', Yo, mono, 19/01/2013