La crítica de
Platón a la democracia, esa forma de gobierno con apariencia “anárquica, agradable y polícroma” (
Rep. 558c) en la que hay “la libertad de hacer en el Estado lo que a cada uno le da la gana” (
Rep. 557b), no puede pensarse separada de 1) la falsa acusación y condena a muerte de
Sócrates, 2) el costo económico de la política belicista y 3) la crítica conjunta a la timocracia, la oligarquía y la tiranía.
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Plató |
Estas críticas platónicas a las distintas formas de gobierno no son ningún modelo de análisis exhaustivo, pero señalan algo tan básico como olvidado: que todo régimen político es un reflejo del alma de los hombres que lo conforman.
Olvidado porque cultivamos algún tipo de esquizofrenia que nos hace manifestarnos a favor de la democracia y ser impositivos en nuestras relaciones personales, echar pestes de la corrupción de la casta política y hacer trampa en la declaración de la renta, criticar a los que no pagan sus deudas y darle nuestro dinero a los grandes clubes de fútbol. Y así, un largo etcétera.
Como si la democracia naciera del deseo y no de la ejercitación.
Henar Lanza,
sobre la crítica platónica a la democracia, 30/09/2013
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