“(Génesis del dogma) La convicción no es la idea misma, sino la voluntad de defenderla; la persistencia de esa voluntad va envolviendo la idea como un caparazón hasta hacerla letra muerta, muda. El dogma es una idea puesta a callar, su última palabra, sin duda para evitar que siga hablando, por la flaqueza mental de querer alcanzar la certidumbre incluso a costa del conocimiento.”
Rafael Sánchez Ferlosio, La hija de la guerra y la madre de la patria. Madrid, Destino, 2002. [ferlonomics.wordpress.com]