Albert Camus by Raúl Arias |
En medio de la plenitud del aire y la fertilidad del cielo, parecía que la única tarea de los hombres fuese vivir felices.
...siempre nos equivocamos dos veces con los seres queridos, primero a su favor y luego en su contra.
Quisiera poder amar a mi país amando a un tiempo la justicia. No quiero para él ninguna forma de grandeza, ni la de la sangre ni la de la mentira.
El auténtico amor no es una decisión ni es libre. El amor es inevitable, es el reconocimiento de lo inevitable.
No estoy hecho para la política porque soy incapaz de desear o de aceptar la muerte del adversario.
La libertad no es un regalo que nos dé un Estado o un jefe, sino un bien que se conquista todos los días, con el esfuerzo de cada individuo y la unión de todos ellos.
Las tiranías de hoy se han perfeccionado: ya no admiten el silencio, ni la neutralidad. Hay que pronunciarse, estar a favor o en contra. Pues bien, en ese caso, yo estoy en contra.
Al comienzo, cuando creían que era una enfermedad cualquiera, la religión ocupaba su sitio. Pero cuando vieron que era seria, entonces se acordaron de los placeres.
Nosotros escogeremos Ítaca, la tierra fiel, el pensamiento audaz y la acción frugal, la acción lúcida, la generosidad del hombre que sabe. [...] Y entonces nacerá la alegría extraña que ayuda a vivir y a morir, y que en adelante nos negaremos a aplazar para más adelante.
El deseo físico brutal es fácil. Pero el deseo al mismo tiempo que la ternura requiere tiempo. Es preciso atravesar toda la región del amor antes de encontrar la llama del deseo.
No obstante, a menudo me han dicho: no hay nada de qué sentirse orgulloso. Pero sí hay algo: este sol, este mar, mi corazón palpitante de juventud, mi cuerpo salado y este inmenso paisaje donde la ternura y la gloria se reúnen en el dorado y el azul.
Demasiada seguridad para el corazón del niño, y su vida adulta transcurrirá reclamando esa seguridad a quienes le rodean (cuando las personas no son más que la ocasión del riesgo y la libertad).
Quienes se aman y deben separarse pueden vivir sumidos en el dolor, pero no hay desesperación: saben que el amor existe.
¡Y qué bien entiendo ahora que al alcanzar la madurez no hay un asunto más hermoso para el hombre que su infancia pobre!
Jamás he visto a nadie que muera por el argumento ontológico. Galileo, que había descubierto una verdad científica importante, abjuró de ella sin dudarlo en cuanto la verdad puso su vida en peligro.
Prohibir que se mate a un hombre sería proclamar públicamente que ni la sociedad ni el Estado son valores absolutos, decretar que nada los autoriza a legislar definitivamente, ni a provocar algo irreversible.
Cartel en un cuartel: “El alcohol mata al hombre y hace surgir a la bestia”, lo cual le permite entender por qué ama al alcohol
La cuestión para todos aquellos que no pueden vivir sin el arte y lo que él significa, es tan sólo saber cómo [...] sigue siendo posible la extraña libertad de la creación
Junto a ellos lo que sentí no fue la pobreza, ni la indigencia, ni la humillación. [...] Ante mi madre siento que pertenezco a un noble linaje: el que no envidia nada.
Admitir la ignorancia, rechazar el fanatismo, reconocer los límites del mundo y del hombre, el rostro amado, la belleza al fin, ése es el espacio en el que nos reuniríamos de nuevo con los griegos.
Cada vez que uno (que yo) cede a sus vanidades, cada vez que piensa y vive para “aparentar” se traiciona. Siempre fue la gran desgracia de querer aparentar lo que me disminuyó frente a lo verdadero.
En plena oscuridad de nuestro nihilismo, he buscado solamente las razones para superar ese nihilismo. Pero no las he buscado en absoluto por virtud, ni por una singular elevación espiritual, sino tan solo por fidelidad instintiva a la luz donde nací y donde, desde hace milenios, los hombres aprendieron a saludar a la vida hasta en el sufrimiento
Albert Camus, Aforismos inéditos, el cultural.es, (Especial Camus: cien años de rebeldía)