En 1725, Giambattista Vico dijo: «El gobierno debe ajustarse a la naturaleza de los gobernados». Esto significa que toda estrategia de gobierno de la conducta humana depende de alguna idea sobre la naturaleza de aquellos que son gobernados. ¿Son tal vez miembros de un rebaño que deben ser conducidos, de modo que sus autoridades serían lo que los pastores a las ovejas? ¿Son tal vez niños que deben ser educados, y entonces las autoridades son para ellos como maestros? ¿Son sujetos cuyo carácter debe ser adiestrado —en inglés tenemos la palabra governess? Mary Poppins, en la película, era una institutriz (governess). La institutriz es la mujer que se instala con la familia para adiestrar la voluntad de los niños. ¿O tal vez aquellos sobre quienes se ejerce el gobierno son ciudadanos cuya seguridad debe ser garantizada mediante prácticas de seguridad social? ¿Quizás sean sujetos psicológicos cuya personalidad debe ser moldeada? Creo que en esta superficial trayectoria histórica se pueden ver las diferentes formas en que las ideas sobre qué sean los seres humanos están vinculadas a diferentes técnicas que permiten comprenderlos, gestionarlos y gobernarlos. Gobernarlos de acuerdo con su naturaleza significa gobernarlos a la luz de lo que se piensa que es su naturaleza en cada momento.
¿Será realmente el sigo XXI, el «neurosiglo»? Y si es así, ¿cuáles serán las consecuencias?
Nikolas Rose, La neurociencia y sus implicaciones sociales, en El transfondo biopolítico de la bioética, Anna Quintanas eds. Documenta Universitaria, Girona 2013
Transcripción del seminario que el autor realizó en la Universidad de Girona el 7 de octubre de 2011 (sesión tarde)