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Fue un “momento eureka”ii aquel en el que la “manzana de Newton”iii golpeó al joven Isaac. Hizo que asociase la fuerza que arrastraba la manzana a la tierra con la fuerza que mantenía a la Luna en su órbita (“essentia non multiplicanda sine necessitate”iv). Dos décadas más tarde Newton había unido todo el universo mediante la gravedad, sin afirmar conocer su causa (“hypotheses non fingo”v). Lo que sí sabía era que Dios tenía que intervenir de vez en cuando para conseguir que los planetas se mantuviesen en sus órbitas, cosa que éste continuó haciendo hasta que Pierre Simon de Laplace demostró que ya no hacía falta (“Sire, je n’ai pas besoin de cette hypothèse”vi). Y eso que poco antes Francia se había jactado de que “la Republique n’a pas besoin des savants”vii.
Cambiando de tema en un “salto cuántico”viii, se puede observar como, si bien “cogito ergo sum”ix podría ser una buena forma de comprobar la propia existencia para un filósofo, probó ser mortal para “el asno de Buridan”x. Y es que la naturaleza parece estar interesada en la “supervivencia del más apto”xi, no del más inteligente. Con todo, esto no tiene importancia a largo plazo ya que, a pesar de la gigantesca y constante cantidad de energía en el universo (“E = mc2, E = hν”xii), “die Entropie strebt einem Maximum zu”xiii; ni siquiera el “demonio de Maxwell”xiv podría salvar al universo de la “muerte térmica”xv.
Pero lo mismo no tendríamos que preocuparnos siquiera por el destino final del universo. El que la guerra o la polución acaben con nosotros antes no es en absoluto descartable. Un “invierno nuclear”xvi sería seguido por una “primavera silenciosa”xvii que, alternativamente, podría conseguirse por cocción (“efecto invernadero”xviii) o tostado (“agujero en la capa de ozono”xix) de muchos de los seres vivos de la Tierra. Llegados a este punto ni siquiera si “la ontogenia recapitula la filogenia”xx sería de interés académico. Y, dado que “ex nihio nihil fit”xxi, encontraríamos poco consuelo en saber que “ex ovo omnia”xxii y que la vida fue una “doble hélice”xxiii.
Y tú, ¿conoces más frases hechas de la ciencia y su origen?
César Tomé López, Frases hechas de la ciencia y más allá, Cuaderno de Cultura Científica, 26/12/2014
Notas:iEl uso de la frase por parte del papa está documentada en diversos textos, entre ellos “Testigo de esperanza” de George Weigel, Plaza & Janés (2000).
ii“Lo encontré”, grito triunfal de Arquímedes mientras saltaba fuera de la bañera teniendo la idea para una balanza hidrostática con la que comprobar que la nueva corona de su rey era de oro puro.
iiiEl primer registro de esta famosa anécdota aparece en las notas de una entrevista con un Newton ya muy mayor, alrededor de 1725. Su popularidad se debe a Voltaire.
iv“Los principios no deben aumentarse innecesariamente”, es una forma de expresar la “navaja de Ockham”, un precepto atribuido al filósofo escolástico William of Ockham.
v“No concibo hipótesis”, el rechazo de Newton a especular acerca de la causa de la gravedad. Erróneamente se ha visto esta frase como el núcleo de su método científico, y el correcto.
vi“Sire, no necesito esa hipótesis”, respuesta atribuida a Laplace a la pregunta de Napoleón de por qué Dios no aparecía en su mecánica celeste y sistema del mundo.
vii“La República no necesita científicos”, la respuesta a los esfuerzos por librar de la guillotina a Antoine-Laurent Lavoisier.
viiiUn concepto del que se abusa tomado de la teoría atómica de Niels Bohr (1913) en lo que se refiere a las transiciones bruscas entre órbitas (sin que existan estados intermedios) de los electrones.
ix“Pienso luego existo”, la base última del conocimiento para René Descartes.
xEl burro super-lógico que murió de hambre cuando el principio de razón suficiente hizo que fuese incapaz de elegir entre dos montones de paja igualmente atractivos. La paradoja no es de Jean Buridan, sino que se usó contra sus argumentos. Nótese la inquina.
xiLa lección que se supone se extrae, y constituiría la base, de la teoría de la evolución según “El origen de las especies” de Charles Darwin.
xiiLos equivalentes de la energía (E) en masa (m) y frecuencia de la radiación (ν), según aparecen en la relatividad de Einstein y la hipótesis cuántica de Max Planck, respectivamente; c, velocidad de la luz en el vacío, y h, cuanto de acción, son constantes universales.
xiiiLa mitad de la formulación de Rudolf Clausius (1865) de los principios de la termodinámica: “La energía del universo es constante; la entropía tiende a un máximo”.
xivEl microsuperhéroe creado por James Clerk Maxwell que lucha contra el incremento de la entropía.
xvUna expresión del siglo XIX para referirse a la penosa situación tras la muerte y disgregación de las estrellas (todas, presentes y futuras).
xviLa consecuencia de evitar que la radiación solar alcance la superficie terrestre mediante la inyección en la atmósfera de cantidades ingentes de polvo por el estallido de explosiones nucleares reiteradas, un concepto introducido por Carl Sagan como analogía con el acontecimiento que habría puesto fin a los dinosaurios.
xviiLa consecuencia del uso descontrolado de pesticidas, un concepto introducido por Rachel Carlson.
xviiiLa acción de algunos gases en la atmósfera de evitar que la energía solar, reconvertida en radiación térmica, escape de la Tierra, actuando como lo hacen los vidrios o plásticos de un invernadero.
xixUn desgarro en la capa que protege la vida terrestre de un exceso de radiación ultravioleta.
xxEl concepto de que “el desarrollo del embrión es un resumen de la historia del género” formulado por Ernst Haeckel en 1874.
xxi“Nada viene de la nada”, frase atribuida a Parménides y popular durante la escolástica.
xxii“Todo viene del huevo”, idea expresada por William Harvey en 1651
xxiiiEl modelo propuesto por Watson y Crick para el ADN.
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