Nikolas Rose |
¿Qué es la vida para la biopolítica contemporánea? La vida nace como concepción con la biología moderna. Antes existían seres vivos, pero no "la vida". Aparece el cuerpo como el sistema de subsistemas, como la unidad orgánica. Cuerpo vivo incrustado en el cuerpo social. Pero a partir de 1930 el cuerpo se desplaza a la molécula como unidad básica. El lenguaje de la biología pasa de ser mecánico o arquitectónico a ser lingüístico: gramática, sintaxis, semántica. O, a partir de 1950, relacionado con la teoría de la comunicación y la informática, mensajes, programas, información, códigos, instrucciones. El gen se transforma, a lo largo del siglo XX, en la unidad del desarrollo y de la herencia. A partir de 1960 se reformuló en el marco de una metáfora informacional: leer el libro de la vida. El gen era la unidad básica. Pero la concepción del gen se volvió más reticular. El gen no era el "gen de" sino que se enmarcaba en procesos de regulación, expresión y transcripción.
Pero con el siglo XX acabó la era del gen. Empezó el pensamiento complejo. Ello implica una problematización, una resistencia a reducir la vida a un solo factor, una pregunta no resuelta sobre la diferencia entre lo vivo y lo no vivo.
¿Qué es la política en la biopolítica contemporánea? Las intervenciones sobre la vida se entiende como una oportunidad, como un facilitador de elecciones individuales. Hay toda una serie de elecciones sobre el sistema de vida.
Una forma de biopolítica se instauró a principios del siglo XX con la eugenesia. Estaba basada en la idea de una reproducción selectiva para mejorar la raza, la nación. Estaba basada en una idea de población que debía evitar la degeneración. El Estado se presentaba como garante de la raza, de la nación, de su pureza.
Rose analiza críticamente la concepción de Giorgio Agamben y de Zygmunt Bauman de la biopolítica como tanatología. El paradigma es, por supuesto, el nazismo. Rose está de acuerdo en que las estrategias y racionalidades tanatológicas de la geopolítica del siglo XX son diferentes a las de siglos anteriores. Pero la biopolítica que funciona hoy es la de las sociedades liberales avanzadas. Agamben y Bauman están en lo cierto en que en el siglo XX no hubo distinción entre medicina preventiva y eugenesia, Incluso en el nazismo se combinó una política de la muerte (el exterminio) y una de la vida, que era el desarrollo de la potencia vital y de la salud dela raza aria. Con el siglo XX se desarrollaron dos grandes estrategias, que eran precisamente la de la eugenesia y la de la medicina preventiva y la salud pública. La genética se convirtió, después de la Segunda Guerra Mundial, en una política liberal basada en una discurso que legitimada las práctica preventivas y eugenésicas.Todo ello en un marco en que que la distancia entre voluntario e involuntario, consejo y coerción aparecen muy diluidos. El Estado sigue considerándose el responsable de la salud pública pero compartiendo esta responsabilidad con las empresas y con los propios ciudadanos. Estos, cada vez más, son los que se consideran los responsables de su propia salud. Pero con un poder pastoral que cuida al rebaño. Vemos aquí las relaciones de poder denominadas así por Foucault. Pero este poder pastoral no es jerárquico como era en el cristianismo, donde tiene su origen. Es relacional, ya que se basa en la interacción entre el ciudadano y el profesional que le asesora. Sus ideales son la salud mental y la calidad de vida, no la salvación.
El espacio de la biopolítica contemporánea se basa en la concepción de una individualidad somática abierta a la responsabilidad, a la prudencia, al riesgo, al debate. Se trata de entendernos como cuerpos pensantes capaces de elegirnos a nosotros mismos.
Luis Roca Jusmet, Nikolas Rose: política y vida, Materiales para pensar, 05/01/2014