Se denominan emergentes las nuevas propiedades que surgen asociadas al aumento de complejidad. Ha llegado, pues, el momento de referirme a la
emergencia o al emergentismo. Volviendo a la
Enciclopedia Oxford de Filosofía (Honderich, 2008), el autor de la entrada correspondiente,
Jaegwon Kim, afirma que una propiedad de un sistema complejo es emergente cuando no es predecible de, ni reducible a las características o propiedades de sus componentes más simples. Esa definición no cuestiona que las propiedades emergentes sean consecuencia de las propiedades y relaciones que caracterizan a esos sistemas más básicos; lo son, pero no se pueden predecir de las anteriores ni reducir a las mismas.
Suelen diferenciarse dos versiones de emergencia, la débil y la fuerte. Se habla de emergencia débil cuando las nuevas propiedades que se producen sí son deducibles de las propiedades de los elementos básicos. No quiere esto decir que lo sean en un momento y bajo unas condiciones dadas, sino que potencialmente lo son. En otras palabras, contando con la necesaria capacidad para ello, se supone que este tipo de emergencia genera propiedades que serían simulables mediante computación. A los fenómenos de emergencia débil se los denomina
epifenómenos; no serían fenómenos con propiedades impredecibles. La simulación del modo de acción farmacológica de determinadas moléculas puede ser un buen ejemplo de epifenómeno propio de una emergencia débil. Contando con el conocimiento suficiente acerca de las características y secuencia de los átomos que forman la molécula, mediante métodos computacionales que están siendo desarrollados por químicos teóricos puede simularse la conformación tridimensional de esa molécula y la forma en que interaccionaría con las moléculas diana.
La emergencia fuerte se caracteriza por la
causación descendente, esto es, que las nuevas propiedades del sistema objeto de estudio -que corresponde al nivel superior- permiten a éste ejercer una acción causal sobre los componentes básicos que las han originado. El término “causación descendente” (
downward causation) se debe a Donald Campbell (1974). Se supone que en un caso de emergencia fuerte, las propiedades emergentes no serían anticipables de ninguna forma, pues no podría predecirse el modo en que afectarían esas propiedades a los niveles inferiores. El sistema no sería simulable ni siquiera contando con toda la potencia computacional que eventualmente fuera necesaria. Como veremos en la próxima anotación, las ciencias de la vida ofrecen buenos ejemplos de causación descendente.
Juan Ignacio Pérez, R
educcionismo vs emergencia (II): las propiedades emergentes, Cuaderno de Cultura Científica, 20/01/2015
Referencias:D. T. Campbell (1974): Downward Causation. En Ayala, F. J. & Dobzhansky, T. (eds.) Hierarchically Organised Biological Systems. Studies in the Philosophy of Biology, Berkeley, Los Angeles: University of California Press, 179-186.
T. Honderich (2008): Enciclopedia Oxford de Filosofía (2ª edición). Tecnos, Madrid.
Wikipedia:
Emergence