Hay muchas maneras de resolver un problema. Para minimizar su complejidad, a menudo tratamos de compararlo a una situación similar pero que ya hemos enfrentado con éxito. La dificultad radica, sin embargo, al hallarnos con un enigma cuyo planteamiento o no comprendemos o rompe todos los esquemas de lo que cada uno considera lógico.
Para hacer frente a este tipo de enigmas, uno tiene que ejercitar el pensamiento lateral. Por pensamiento lateral se conoce una forma de pensamiento que consiste en solucionar problemas de forma creativa. Todo se reduce a salirse de lo establecido, en proponer opciones que jamás serían planteadas dentro de los marcos de pensamiento habituales, en “pensar fuera de la caja”, tal y como se traduce el término del inglés, acuñado en 1967 por
Edward de BonoProponemos dos enigmas sencillos para ayudar a entender y a ejercitar el pensamiento lateral. El primero de ellos consta de nueve puntos. El lector deberá unirlos todos con cuatro líneas rectas que sólo se pueden cruzar una sola vez. Estas rectas se deberán trazar sin levantar el lápiz ni doblar el papel ni ningún otro truco.
Y para aquellos que quieran seguir poniendo a prueba su agilidad mental, proponemos otro enigma, sencillo y rápido. Un padre le dice a su hijo que le dará dos monedas. “Entre ambas –dice el hombre- suman tres euros, pero una de ellas no es de un euro”. ¿Cuáles son las monedas?
Pon a prueba tu pensamiento lateral, La Vanguardia, 03/11/2015
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Cuando enfrentamos un problema, un reto o un enigma, nuestro pensamiento se establece en una serie de normas, lógicas y razonamientos preestablecidos y que, a menudo, dificultan el camino para hallar una solución.
En el enigma doble propuesto el pasado lunes, el primero de ellos planteaba el ejercicio de unir nueve puntos con cuatro líneas rectas. Éstas, además, no debían cruzarse más de una vez y no se podía ni levantar el lápiz ni doblar el papel.
Nuestro cerebro, casi de forma automática, dibuja un cuadrado en el que enmarca los nueve puntos y trata de unirlos sin salir de éste. El problema, sin embargo es que no existe ningún cuadrado, con lo que las líneas pueden pasar por cualquier lugar, excediendo los límites de esta figura geométrica autoimpuesta por nuestra mente. La solución, tras la pista, es la siguiente:
El segundo acertijo también permitía poner a prueba la capacidad de uno de pensar “fuera de la caja”. En el enunciado se planteaba que un hombre le daba a su hijo dos monedas. Entre ellas sumaban tres euros pero una de ellas no era de un euro. Al leerlo, la primera premisa con la que se empieza a trabajar es la de que una de las monedas es de dos euros, pero que la otra no puede ser de un euro. Esto imposibilita cualquier solución, ya que no hay posibilidad de sumar 3 sin una moneda de 1. Pero el enunciado no anula la posibilidad de la existencia de una moneda de un euro en la ecuación. Sólo especifica que una de las monedas no es de un euro. La otra, sin embargo, sí lo es.
Los enigmas parecen sencillos, y sus respuestas, demasiado simples, pero el problema, como siempre, surge de nuestras propias limitaciones. Pensar de forma creativa nos permite hallar soluciones más prácticas.
Solución al enigma, La Vanguardia 04/11/2015