La retórica, a diferencia de la
parrhesía, es una técnica que incumbe a la manera de decir las cosas, pero no determina en modo alguno las relaciones entre quien habla y lo que dice. La retórica es un arte, una técnica, un conjunto de procedimientos que permiten al hablante decir algo que tal vez no sea en absoluto lo que piensa, pero que va a tener por efecto producir sobre aquel a quien se dirige una serie de convicciones, que va a inducir una serie de conductas, que va a establecer una serie de creencias. En otras palabras, la retórica no implica ningún lazo del orden de la creencia entre quien habla y lo que éste enuncia. El buen retórico es el hombre que puede perfectamente y es capaz de decir otra cosa de lo que sabe, otra cosa de lo que cree, otra cosa de lo que piensa, para decirlo de otra manera, lo que diga –que no es ni lo que cree, ni lo que piensa, ni lo que sabe- será, llegará a ser lo que creen y creen saber aquellos a quienes él se ha dirigido. En la retórica se deshace el lazo entre el que habla y lo que dice, pero su efecto consiste en establecer una relación vinculante entre la cosa dicha y aquel o aquellos a quienes ésta se dirige. (32-33)
Clase del 1º de febrero de 1984. Primera hora.Michel Foucault,
El coraje de la verdad, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 2010