En cada época de la historia humana, los sujetos son el producto de las relaciones sociales que ellos y ellas producen a su vez. Pero resulta esencial percibir esa inevitable dinámica no como un círculo sino como una espiral: espiral descendente (y entonces hablamos de dominación y barbarie) o espiral ascendente (que se abre hacia las posibilidades de emancipación humana). Somos el barón de Münchausen, hundiéndonos en la ciénaga junto con nuestro fiel caballo. Se trata de tirar vigorosamente de nuestra propia coleta hacia arriba –para salvarnos a ambos…
Jorge Riechmann,
en espiral, tratar de comprender, tratar de ayudar, 23/02/2016