El mundo del hombre digitalmuestra, además, una topología del todo distinta. Le son extraños los espacios como los estadios deportivos o los anfiteatros, es decir, los lugares de congregación de masas. Los habitantes digitales de la red no se congregan. Les falta la intimidad de la congregación, que produciría un nosotros. Constituyen una concentración sin congregación, una multitud sin interioridad, un conjunto sin interioridad, sin alma o espíritu. Son ante todo Hikikomoris (personas que viven al margen de la sociedad. Por ejemplo, alguien que se pasa el día entero ante los medios audiovisuales, apenas sin salir de casa) aislados, singularizados, que se sientan solitarios ante el display(monitor). Medios electrónicos como la radio congregan a hombres, mientras que los medios digitales los aíslan.
Byung-Chul Han, En el enjambre, Herder, Barna 2014