|
Mandela |
Entre los humanos (como entre los animales), algunos individuos explotan la diversidad para imponer su propia supremacía y su propio dominio. Por eso no hay grupos que no tengan uno o más líderes.
Hobbes reparó en esa circunstancia atribuyendo a los individuos la necesidad de tener un jefe: "Los hombres no experimentan placer ninguno -sino, al contrario, gran desagrado- reuniéndose cuano no existe un poder capaz de imponerse a todos ellos" (
Leviatán).
Gramsci, que no era precisamente hobbesiano, escribía en 1924 (o sea después del afianzamiento de Mussolini): "Cada Estado no puede no tener un gobierno, constituido por un número reducido de hombres, que a su vez se organicen en torno a uno dotado de mayor capacidad y de mayor clarividencia. Mientras sea necesario un Estado, mientras sea históricamente necesario gobernar a los hombres, cualquiera que sea la clase dominante, se planteará el problema de tener jefes, de que haya un "jefe" ()
Raffaele Simone,
El Hada Democrática. Cómo la democracia fracasa, Taurus, Barna 2016